Yo y mis yoes, ¿quién soy?

Yo y mis yoes ¿quién soy? Una de las preguntas filosóficas por excelencia que hemos planteado este verano en Nueva Acrópolis Zaragoza. Una difícil y enigmática pregunta que el ser humano se ha hecho desde que tiene capacidad para inquirir sobre su propia existencia. ¿Quién soy yo?. Y por supuesto no han faltado a lo largo de la historia intentos de dar respuesta, desde diferentes vertientes del conocimiento: filosofía, ciencia, religión, arte.............; y sin embargo lo único que podemos decir con certeza es que somos un verdadero misterio.

“Pienso, luego existo” proclamó Descartes, estableciendo una escisión profunda entre materia y mente e identificándonos plenamente con la capacidad racional en los albores de la modernidad. El filósofo español Ortega y Gaset ya en el siglo XX expuso: “Yo soy yo y mis circunstancias”, haciendo hincapié en que la realidad de cada ser humano se desarrolla bajo una perspectiva propia (subjetiva).

Y así podríamos continuar con cientos de reflexiones acerca de la naturaleza del yo. Sin embargo la filosofía oriental nos propone una visión completa y práctica del ser humano. Nos dice que aparte de tener cuerpo, energía, emociones y pensamientos; tenemos también otra parte atemporal y trascendente que está detrás de todo lo anterior, aquello que en Oriente llaman el Ser Inmutable, el Observador Silencioso, La Voz del Silencio, el Quinto elemento o la Piedra filosofal.

Más allá de los nombres, las personas que han experimentado esta parte superior nos comunican que es inapresable por el conocimiento racional, y que emerge de la experiencia individual día a día, del esfuerzo por conocerse y mejorarse constante, de la comprensión y aplicación de las leyes de la naturaleza en la propia vida. Parece ser que este es el camino para vislumbrar algún atisbo de respuesta al misterio del ¿Quién soy yo?.