El cine, además de entretenimiento, puede aportar temas de reflexión o contenido filosófico. Esto no tiene por qué ser excesivamente lento o aburrido, hay diálogos inteligentes tanto sobre la sociedad en que vivimos como sobre la naturaleza humana si sabemos encontrarlos. La clave estaría en combinar profundidad de enfoque con buena cinematografía que podamos disfrutar. El filósofo es por naturaleza un buscador y el cine es un buen terreno para hacerlo.